Clio

Un automóvil poco práctico para acudir a comprar libros usados es el Renault Clio. En aquel entonces, Sergio tenía uno; era azul, con apenas un palmo de cajuela. Por un tiempo, fue nuestro transporte y nos llevó con dificultad a las partes altas de Atizapán; el auto se calentaba con el esfuerzo y debíamos detenernos a media subida. En una ocasión, siguiendo las indicaciones de Maps, nos llevó por un sendero entre milpas. Lo tengo presente porque, al llegar al otro extremo del terreno, oculta bajo la apacible sombra de los árboles, nos esperaba una zanja enorme y el Clio cruzó estoico ante las negligentes riendas de su conductor; era un guerrero.

Eso fue antes de la librería, cuando creíamos que si nos asociábamos para comprar y vender libros nos iría tan bien que, en lugar de trabajar toda la semana, trabajaríamos solo unos días y el resto sería una vida serena con tiempo para leer y jugar ajedrez.

Picture of Josué González

Josué González

Severos problemas para comunicarme por escrito me orillan a intentar una y otra vez.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *