Esta vez no hay un extracto, tendrás que entrar a mirarlo. Respira antes de comenzar a leerlo y justo cuando termines cierra los ojos y no hagas trampa.
Silencio, busqué silencio después de escucharle decir: pero bueno, todas las opiniones son válidas y hay que respetarlas. ¿Cuántas veces había escuchado aquella frase que encubre responsabilidades? ¿Buscar la calma en los acantilados? Mis palabras pasarían desapercibidas como las rocas lavadas por las olas. En un sueño
Susana rentaba un apartamento en Balderas a un costado del cine, un cuarto de azotea con vista privilegiada al patio de una vecindad y una palmera. Cuánto me gustaba ir donde ella y tirarme a ver pasar las nubes. Me sentía a gusto, acompañado, como Dante en
Cuando comencé a tomarme muy en serio esto de los libros vivía en un cuarto de tres por tres, estaba recientemente desempleado, sin un peso, con deudas y con una pequeña recién nacida. Había trabajado en un par de librerías por periodos cortos (muy cortos), no tenía
Aunque se veía descuidada, con el pasto crecido y la fachada descolorida, la casa no estaba deshabitada. Me di cuenta a los tres días, en la noche, mientras preparaba café en la estufa. Estaba distraído, escuchando el silbido del viento, pensando en comprar un tanque de gas
El cielo era más azul de lo habitual, la luz de la mañana resalta la frescura de los campos de un valle interminable. Al fondo las montañas como en las pinturas de Velasco son la promesa del lugar más lejano, del limite del mundo. Mientras conduzco escucho
Tenía más de ciento cincuenta mil kilómetros recorridos antes de que yo comenzara a manejarlo. Le sonaba todo excepto la radio, un hueco indicaba su sitio en el tablero así que viajábamos en silencio. El radiador fallaba, falló muchas veces, a veces las mangueras o la bomba
Las ventanas llegaron tarde. Durante algunos años fueron suplantadas por marcos de madera que tensaban tramos de plástico. La puerta viajó de otro tiempo y sirvió a tres familias antes de irse a vivir a la azotea. Un tramo de ptr sostiene el techo de laminas de
Hace un par de años encontraron una maquina misteriosa en una bodega de San Ildefonso. Era un cilindro de un metro y medio de largo por unos ochenta o noventa centímetros de diámetro que hacía angosto en los extremos, metal forjado, hueco y con puntas similares a